viernes, 11 de marzo de 2016

Xilam, el arte de pelea mexicano




Por: Erik Castillo Cadena
Fotografía: Adriana Zapata


…“sus preceptos consisten en dejar a un lado el ego, pues bajo la piel, las mujeres y hombres de todo el mundo son iguales”


Basado en  fundamentos guerreros  de combate; mexica, maya  y zapoteco del México prehispánico, Xilam es un arte marcial de origen mexicano impulsado por la profesora Marisela Ugalde Vázquez de León, a través de la Asociación Mexicana de Artes Marciales Prehispánicas XILAM, A.C.

Este arte mexicano de pelea, retoma su nombre de Dzilam una palabra de origen maya, cuyo significado es pelarse o quitarse la piel, ya que parte de sus preceptos consisten en dejar a un lado el ego,  pues bajo la piel,  las mujeres y hombres de todo el mundo  son iguales.

Tras su paso por disciplinas como el Judo, Karate, Kung Fu y Kempo Chino, Marisela Ugalde, creó este  arte marcial  con una base específica cimentada en el Xhupa Porrazo, arte guerrera  zapoteca muy similar al Judo, que conoció en el año de 1985 gracias a  Don Gudencio de la Cruz, "Tata Gude", un indígena del Istmo de Tehuantepec en el Estado de Oaxaca.



…“esta  arte marcial  está  cimentada en el Xhupa Porrazo, arte guerrera  zapoteca muy similar al Judo”…



Posteriormente, con ayuda del arqueólogo Cuauhtémoc  Mosqueda  comienza  la investigación a través de códices,  textos de Hernán Cortés, Bernal Díaz del Castillo, Fray Bernardino de Sahagún  y del filósofo e historiador mexicano Miguel León Portilla, de donde pudieron recuperar la esencia de este sistema de artes marciales. Tiempo después Marisela conoce a Andrés Segura Granados quien fuera en vida Capitán General de la Danza Conchera y su guía filosófico. 


Tras la recuperación y práctica del Xhupa Porrazo, vino el estudio del ishi oki, que es el control de las emociones  y respeto a las jerarquías  marciales en la cultura azteca, pues los pueblos originarios de México iniciaban a sus guerreros en el arte del combate cuerpo a cuerpo desde que eran niños para poder potencialidad sus aptitudes mediante entrenamientos que se adecuaban a sus facultades, metodología que forma parte importante de Xilam.


Al igual que las artes marciales de oriente y otras partes del mundo, Xilam cuenta con un código ético, cuya primicia se basa en aceptar con honor, orgullo y dignidad el conocerse a sí mismo, pues este arte de combate busca que sus practicantes encuentren el fortalecimiento de la voluntad, la autodisciplina,  el control de sus emociones, la claridad de mente y la armonía con su entorno a través de la visión de deidades prehispánicas como Huitzilopochtli, Quetzalcoatl y Tezcatlipoca.



…“cuenta con un código ético, cuya primicia se basa en aceptar con honor, orgullo y dignidad el conocerse a sí mismo”…




Las técnicas de mano vacía del arte mexicano de pelea están conformadas por; golpeo, codazos y rodillazos retomados del ancestral juego de pelota, agarres, proyecciones y pateo contundente con las espinillas tal cual lo hacen los peleadores de Muay Tahi.

El manejo de armas tradicionales que complementan este sistema, está basado en el aprendizaje del macuahuitl (macana con hojas de obsidiana), caracol, lanzas con puntas de pedernal y cuernos de venado,  el garabato (una  horqueta de madera con dos puntas en un extremo) y el cuerno de ciervo que utilizan como si fuese una daga de Karambit. 

Al igual que el Kung Fu de Shaolin, Xilam  desarrolló su esquema técnico en movimientos de siete animales totémicos de la cultura mexica; la serpiente que simboliza la energía terrestre y la sabiduría, el águila vinculada con el sol y el espíritu que ve las cosas con otra perspectiva, continúan con el jaguar (ocelote) que es una traspolación de la noche, la fuerza y la astucia. El mono es otra de las formas  que provee de agilidad a los practicantes pero también les ayuda encontrar la certeza y la seguridad, la iguana es el espíritu creador, el venado es el espíritu del hombre y el rango más alto está vinculado al armadillo que representa la auto-protección y la esencia conchera de Xilam.

El trabajo con katas característico de disciplinas tradicionales, con más notoriedad en los estilos japoneses, también es de vital importancia para la escuela mexicana,  misma que las maneja a  tres niveles: laquite que es respeto a los cuatro puntos cardinales, chuyite o danza corta que son los movimientos del animal de manera básica y la chuya que son movimientos largos para pelear. En total son 36 desplazamientos que implican alrededor de 1000 movimientos físicos.



“Al igual que el Kung Fu de Shaolin, Xilam  desarrolló su esquema técnico en movimientos de siete animales totémicos de la cultura mexica”…



El uniforme consta de un gi oscuro  vinculado con Tezcatlipoca negro que simboliza la memoria, un paliacate rojo ceñido a las sienes como un color vinculado con la energía creativa y una cinta que representa una línea de tiempo, un extremo vinculado a la vida y otro la muerte, la faja se dobla en cuatro partes pues cada una de estas ejemplifica; la niñez, juventud, adultez y vejez.


A diferencia de la cultura oriental donde el número 4 es de mala suerte y  ha generado una tetrafobia, para los pueblos indígenas tiene una connotación vinculada al movimiento, de ahí que el escudo de esta escuela marcial tenga en el centro un símbolo llamado Ollin muy similar al Ying Yang, donde se personifica tanto lo negativo como lo positivo. El emblema está rodeado por los cuatro puntos cardinales y las cuatro estaciones del año plasmadas con grecas aztecas en un fondo rojo que se vincula al Sol.

Xilam es un estilo de vida que busca mostrarle al mundo el esplendor de un país guerrero como México, pero también generar un arraigo identitario, cultural y patrimonial entre sus jóvenes mediante este arte de pelea.



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