lunes, 4 de abril de 2016

Merced Gómez, dos historias un mismo nombre Parte 1/2


                                                                      
                                             Fotografía y Texto por: Citlalli N. Castillo




“Si es usted aficionado a la tauromaquia o los deportes de contacto como el box o la lucha libre, alguna vez habrá escuchado este nombre”.


Hay historias acuñadas por la fatalidad. Si, es verdad la frase que reza “Nombre es destino”. La vida memoriza nombres y familias, quizá no sea la vida, sino la muerte, quién ronda a ciertos personajes llevándolos lentamente de la mano por sucesos trágicos hasta que se encuentran con su suerte que pareciera ya estaba echada.

Quizá el nombre de Merced Gómez, a usted no le diga nada. Acaso sepa que existe una colonia en la Delegación Álvaro Obregón que así se llama, y que ésta se encuentra cercana a Barranca del Muerto y Mixcoac. Si es usted aficionado a la tauromaquia o los deportes de contacto como el box o la lucha libre, alguna vez habrá escuchado este nombre. 

Lo cierto es que este nombre encierra en sí mismo un halo de misticismo y tragedia de dos personajes homónimos, padre e hijo que se destacaron en su quehacer profesional por ser valientes, aguerridos e impetuosos, reacios al dolor físico y emocional, dos hombres duros.

“Merced Gómez (padre), debutó como torero un 3 de abril de 1910”.


Merced Gómez (padre), se hizo de un nombre destacado en la Plaza de Toros de Mixcoac. A principios de 1900, el llamado “Diestro de Mixcoac” debutó como novillero un 3 de abril de 1910 en “El Toreo”, donde altenró con Luis Freg y Rosendo Béjar, a pesar del mal encierro que presentó la ganadería Tenguedó, Gómez mostró cualidades para estar en los ruedos, de él se decía que tenía todo para ser una figura del toreo; carisma, valentía, temple y bravura.

En el cartel del 12 de Junio del mismo año, alterna con Antonio Ortíz y Agustín Velazco, con un encierro de Jalpa, esa tarde la suerte le sonríe y sale en hombros. Dado el triunfo, repite al domingo siguiente con José Campos y José Álvarez con novillos de Santa Rosa, sin embargo, poco duró la gloria para Gómez, el mal fario comenzaría a seguirle. El 3 de julio, en un mano a mano con José Álvarez y con novillos de la ganadería Cañada Honda, resulta herido en el muslo derecho, percance grave del cual se recuperó.


“Alternó con figuras como Rodolfo Gaona”.



Un año más tarde, más cuajado y plantado se presenta en el gran coso de La Condesa, con toros de Felipe y Pablo Romero para alternar con figuras como Vicente Segura y Rodolfo Gaona y los dos novillos de Sinkenhuel que torearía la promesa del toreo: Merced Gómez. El “Diestro de Mixcoac” tomaría la alternativa como matador el 17 de Septiembre de 1911, con una corrida de Covadonga, teniendo como padrino a Francisco Banal Banarillo y por testigo a Alfonso Zambrano.

Otra gloria del Matador, fue la de la tarde del 22 de diciembre en “El Toreo” con toros de San Diego de los Padres, logra cortar una oreja al toro Chatito. 1913 también fue un año importante para Merced, a pesar de algunos percances y una cornada nuevamente en el muslo derecho.


Sin embargo fue en marzo de 1913 que en una corrida tiene una gresca con el banderillero español Antonio Ramos “El Carbonero de Sevilla”, la reyerta concluyó cuando el español apuñala con el arpón de la banderilla en la pierna izquierda a Merced Gómez, a quién días más tarde tienen que amputarle la extremidad.


“Tras perder la pierna, se retira de los ruedos. Gaona es quien le corta la coleta”.

En abril de ese mismo año le hacen un homenaje con una corrida de la ganadería de San Mateo, actuando en el cartel Eduardo Leal “El llaverito” y Eligio Hernández “El serio”. Merced Gómez acudió en muletas, la ovación fue tan grande que el valiente y duro de los ruedos rompió en llanto, ya no volvió a los ruedos, ni permitió más homenajes sino hasta el 3 de enero de 1921, día en que Rodolfo Gaona “El Califa” le cortó la coleta (lo que se conoce hoy como añadido) pero que en aquella época era cabello natural del torero formando una cola de caballo y trenzado en redondo, sujetada a la nuca.

Su arrojo torero lo mantenía en pie y en vida. Esos años fuera de los ruedos la fortaleza física de Merced Gómez a pesar de la pierna amputada, le hizo echar pa`lante sin rajarse como los matadores caros, y trabajó en la mina de arena de su padre, lamentablemente muere sepultado en ella.


“Merced Gómez (hijo) se hace boxeador y comienza su andar por los encordados”.



Merced Gómez (hijo). Acostumbrado al trabajo rudo en la mina de su abuelo, era poseedor de un físico corpulento y fuerte, así que ante la motivación de sus amigos incursiona en el box, peleó a nivel profesional en arenas importantes como: La Libertad, La Nacional, Peralvillo entre otras, aun cuando tuvo cierto éxito, no fue una figura como púgil, sin embargo aquí es donde comienzan las situaciones adversas que habría de enfrentar en su vida.

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